miércoles, 20 de junio de 2012


                                                        ESPAÑOLAS EN PARIS

                                                    LES FEMMES DU 6e ETAGE

                                                           Philippe Le Guay

A lo largo del siglo anterior las chicas españolas protagonizaron diferentes etapas en la que durante mucho tiempo fue la capital del mundo, "La ville Lumiere", la fantástica París. Durante la "Belle Epoque" fueron cupletistas o "danseuses", mujeres fatales y bellisímas que encandaliban con sus encantos al que se atrevía a mirarlas y desde la Bella Otero (labelotegó) a Raquel Meller (gaquelmelerg), pasando por la Fornarina y otras menos célebres, fueron reinas indiscutibles de la "frivolité" del país que inventó la españolada.
              Los tiempos fueron cambiando y a principio de los años 50 Carmencita Sevilla (cagmensevilá) fue utilizada precisamente para hacer unas cuantas de esas españoladas que, con la colaboración de Luis Mariano, resultaron infumables. Paralelo a esto, algo menos conocido, Balenciaga y Chanel buscaban en España a las mejores modelos para sus elegantes pasarelas; pero las que dejaron huella, ya bien avanzada la década y durante la siguiente fueron las entrañables chicas de servicio, las que enseñaron a "les petits" franceses a ver películas españolas, en los cines de barrio naturalmente, a escuchar "flamenco" y a tocar las palmas y arrancarse por sevillanas.
              Más tarde, vámonos a los 90, después de Victoria Abril, las chicas Almodovar (almodovag) ya encontraron un ambiente, los tiempos seguían cambiando, mucho mejor abonado. Pues bien, la mezcla de las primeras, las "bonnes" y parte de las últimas, le han regalado al país de acogida una excelente comedia, "une comedie tendre" en la que un grupo de "espagnoles" consiguen conquistar a un señor, el patrón de una de ellas, con su forma de vida, su alegría espontánea y, todo hay que decirlo, la belleza natural de la más joven, justamente la que sirve en su casa.
              La película está hecha con evidente cariño que es algo que siempre trasciende y tiene, como debe ser, momentos divertidos junto a otros que pueden llegar a ser emocionantes, no tiene ningún tópico molesto y las actrices, desde Carmen Maura a Natalia Verbeke, pasando por Lola Dueñas, en un papel de "roja" fumadora, todas son excelentes. A Maura la han premiado con el "cesar", algo que no es de extrañar puesto que esa chica, a poco que se lo proponga, es de las que consiguen hacer una película suya aunque solo aparezca en una escena, que no es el caso.
                En definitiva, una comedia amable y "tierna" con un final nada sorprendente pero que deja un buen sabor de boca.

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