viernes, 8 de junio de 2012



                                               ENTRE CINE NEGRO Y SURREALISMO

                                       LA CORONA NEGRA   (LUIS SASLAVSKY   1951)

Cesareo Gonzalez fue un productor ambicioso para la época que le tocó vivir ; en competencia con la aun poderosa Cifesa y con Benito Perojo, con el que colaboró como distribuidor, pretendió, consiguiéndolo en cierta medida, internacionalizar el cine español en una etapa histórica, los años 40 y 50, en la que el país no estaba precisamente muy bien considerado fuera de sus fronteras. Su objetivo era, como más factible lógicamente, el mundo hispano para el que contaba con el gran apoyo del idioma común y para enriquecer el cupo de sus estrellas exclusivas tuvo el acierto de firmar un contrato millonario con la entonces super diva mejicana María Felix que no puso objeción porque la oferta era tentadora, porque le encantaba el país y porque, además, le podía abrir, como ocurrió, el mercado europeo, mucho más interesante para ella que el vecino del norte, el "gringo", donde solo podía aspirar, por eso se permitió rechazarlo, a interpretar a "indias" con trenzas que se rendían ante el vaquero de turno.
             Después de interpretar varias películas con cierto éxito, todas con aspiraciones "artísticas", Benavente, Blasco Ibañez, el milagro surgió con esta pieza maestra en la que concurrieron una serie de elementos internacionales, todos bien encajados, que la convirtieron, si no en la más interesante de la estrella, no olvidemos que ya aportaba un buen bagaje, sí en una de las más dignas a tener en cuenta por su ambiente misterioso, la intriga, el paisaje y la carga surrealista en la que tuvo su parte de responsabilidad la historia, que no el guión, del mismísimo Jean Cocteau.
               Actores italianos, Rossano Brazzi, que por una vez no resulta muy molesto, Gassman, director argentino, Luis Saslasky que ya había hecho algún melodrama importante y comedías en su país y que a partir de aquí tuvo una interesante carrera en Francia, los magníficos secundarios españoles, Julia Caba Alba, Felix Fernandez, Lado y la impagable Concha Lopez Silva, más el ambiente entre exótico y cosmopolita que ponían las calles de Tanger y Tetuan mucho más auténticas, por reales, que los decorados falsos que se solían ver en las producciones americanas del momento., sin olvidar que los diálogos en español eran de Miguel Mihura.
             El resultado de tal fusión de talentos es una película al menos inquietante, una mezcla de cine negro y surrealismo en la que fluyen el fatalismo que conduce al crimen, siempre claro está, por culpa de una mujer que tiene la desgracia de ser demasiado hermosa y la recreación onírica tan del gusto de los intelectuales contemporáneos del autor de la historia.. En cuanto a María cuya presencia es constante, ¿que se puede decir de ella? sino que es una de esas figuras que solamente el cine, y muy de vez en cuando, suele dar.
            A tener en cuenta la versión española precisamente por la voz de la protagonista.

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